La felicidad está hecha de una sustancia tan liviana que fácilmente se disuelve en el recuerdo, y si regresa a la memoria lo hace con un sentimiento empalagoso que la contamina y que siempre he rechazado por inútil, por dulzón y en últimas por dañino para vivir el presente: la nostalgia.
HÉCTOR ABAD FACIOLINCE, El olvido que seremos, Booket, Barcelona, 2011, p. 128.
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Hamish Blakely
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