algún indicio de verdad
no escribir
sino la nada.
Escuchar
hacia un mismo acorde
lo disperso.
Las palabras cohabitan
en el secreto de las pausas:
desvelar al poema su intemperie.
Fundirse en el olvido
de los límites
igual que un ermitaño
sufre la amnesia de las sílabas.
Callarse gota a gota
desleírse
en el cauce más dúctil del silencio.
Ese eco de nadie
en la boca de todos.
EMILIO PEDRO GÓMEZ, Motivos de horizonte, Enkuadres, Valencia, 2015, p. 33.
&
Vilhelm Hammershøi
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