No se quieren,
pero apenas se les nota.
Han hecho de ello,
de ocultar su tragedia,
la razón de su vida.
Son unos profesionales
de la desdicha.
Cuando se mueran
—y se despierten en el infierno—,
les parecerá un día normal.
KARMELO C. IRIBARREN, Las luces interiores, Renacimiento, Sevilla, 2013, p. 63.
&
Edward Hopper
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