LOS GEMELOS
Presencié una disputa entre dos gemelos. Se parecían como dos gotas de agua, absolutamente en todo: en los rasgos de la cara, en la expresión, en el color del pelo, en estatura y corpulencia, y se odiaban de forma irreconciliable.
Eran idénticos cuando montaban en cólera. Eran asombrosamente idénticos cuando enfrentaban sus rostros, congestionados y desencajados por la ira, el uno ante el otro, y cuando se lanzaban miradas idénticamente furibundas, y sus bocas, torcidas exactamente en la misma mueca, proferían las mismas palabras malsonantes, pronunciadas con idéntica voz.
Hasta que ya no aguanté más, agarré a uno de ellos del brazo, lo llevé ante un espejo y le dije:
—Anda, desaliógate aquí, ante el espejo... A ti te da lo mismo, y a mí me ahorras el terrible espectáculo.
Febrero de 1878
IVAN TURGUÉNEV, Poemas en prosa, Rubiños, Madrid, 1994, p. 145.
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