Escribir un diario es como ponerse una vela encendida al lado de la cara y mirarse al espejo buscando de mentira el rostro de la propia muerte. Como una niña a la que jugando le gusta tener miedo y deja abiertas las puertas del armario antes de meterse en la cama.
MARTA SANZ, Black, black, black, Anagrama, Barcelona, 2010, p. 131
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Stefan Zsaitsits
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