La agencia de viajes se equivocó y los turistas aterrizaron justo en medio de una guerra.
Como hacía sol, y ya que se habían llevado las cremas bronceadoras y los trajes de baño, los turistas se sentaron en los balcones del hotel y se bañaron en aquella luz templada mientras sonaban los ruidos de bombas y disparos.
Ya que llevaban mapas y un plano de la dudad, decidieron dar algún que otro paseo y visitar las ruinas de los edificios, que compararon con las desfasadas indicaciones del guía turístico.
Ya que llevaban cámaras fotográficas al cuello, decidieron sacar fotos de los cadáveres esparcidos por la calle.
GONÇALO M. TAVARES, El señor Brecht, Mondadori, Barcelona, 2007, p. 42.
1 comments:
Bótalle un vistazo a esta peza de videoarte polaco de 1987:
https://www.youtube.com/watch?v=QsfyAjwQL0w.
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