El futuro de la tierra, si es que todavía tiene uno, dependerá de quién invada totalmente a quién con su espíritu, nosotros con el nuestro a los chinos, los chinos con el suyo a nosotros. En la actualidad, nuestro espíritu avanza constantemente entre ellos también en todas sus luchas internas.
Su taoísmo se ahoga en nuestro culto de la producción.
A nadie se le ha ocurrido seriamente la idea de que podríamos salvarnos gracias a lo esencial que los chinos podrian dar.
Pensamos y actuamos en unidades de destrucción y los obligamos también a ellos a actuar en esas unidades.
Su imagen del hombre se desvanece, incluso entre ellos.
Elias Canetti, 1980
ELIAS CANETTI, Apuntes. 1973-1984, Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2000, página 84.
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