Sólo algunos murmullos. Indistinguibles. Luego, llegaron las palabras.
—Una puta locura.
—Habría que encerrarlo.
—Locos hay en todas partes.
Todos parecían estar de acuerdo. Flanagan era un perturbado. Estaba loco. No era un artista. Esa película no debería mostrarse. Yo comprendía sus comentarios. Había algo en las imágenes capaz de trastornar a cualquiera. Pero intuí también que había algo allí que estaba más allá de la locura. Algo que merecía la pena. Lo percibía, lo tenía claro. Por eso decidí intervenir.
Esbocé mi argumento en un papel, como si fuera un discurso, levanté la mano y comencé a hablar con más temor que otra cosa:
—Lo que yo pienso —dije— es que si la imagen nos sorprende y nos indigna es porque no la esperábamos. Todo lo contrario de las imágenes crueles de la televisión. Con ésas estamos acostumbrados a convivir.
Mis compañeros me miraron. Pocos compartían lo que estaba diciendo. Miré a Helena. Y ella sí que parecía seguir la argumentación. Así que continué. Y dije que esas imágenes terribles formaban parte básica de nuestra dieta y que nadie quizá pudiera ya hacer bien la digestión sin la sesión diaria de niños hambrientos, madres doloridas y cuerpos desmembrados. Dije que era posible que la comida no nos sentase tan bien sin esa especia que condimentaba nuestros alimentos. Sal, aceite, vinagre y, por supuesto, sangre, vísceras, brazos, piernas y llantos. Alguna satisfacción interior debíamos de encontrar en esas imágenes si las seguíamos viendo, si continuábamos comiendo como si nada y no tomábamos las armas y nos poníamos a pegar tiros en la calle y a poner las cosas en su sitio.
Me emocioné con la intervención. Y aunque quería parar ya, no encontraba la manera de hacerlo. Siempre me ha costado trabajo comenzar a hablar, pero muchas veces me ha sido más difícil dejar de hacerlo.
MIGUEL ÁNGEL HERNÁNDEZ, Intento de escapada, Anagrama, Barcelona, 2013, pp. 23.
2 comments:
O curso pasado os meus poucos alumnos(as) de arte quedaron moi impactados ó saber de David Nebreda. Este curso non falei del (creo).
O tema (o do post) daría para un profundo e sesudo debate, incluso parlamentario.
xosé luís
O curso pasado os meus poucos alumnos(as) de arte quedaron moi impactados ó saber de David Nebreda. Este curso non falei del (creo).
O tema (o do post) daría para un profundo e sesudo debate, incluso parlamentario.
xosé luís
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