sábado, 31 de diciembre de 2011

RESISTENCIA DE MATERIALES, Rafael Courtoisie


RESISTENCIA DE MATERIALES
        
   La derrota es una piedra, en cuyo centro está la posibilidad de vencer. En la dureza de la derrota hay lascas, trozos microscópicos del mineral de la victoria.
        
RAFAEL COURTOISIE, Estado sólido, Visor, Madrid, 1996, p.28.

viernes, 30 de diciembre de 2011

DESECHABLE, José Emilio Pacheco & Bernard Pras



DESECHABLE

"Nuestro mundo se ha vuelto desechable",
dijo con amargura.
"Así, lo más notable,
en el planeta entero
es que los hacedores de basura
somos pasto sin fin del basurero".

JOSÉ EMILIO PACHECO, El silencio de la luna, Pre-Textos, Valencia, 2003. p. 95.

Ilustración: BERNARD PRAS

jueves, 29 de diciembre de 2011

SYROS, Tomas Tranströmer


SYROS
        
EN el puerto de Syros había barcos de carga abandonados, esperando.
Proa junto a proa junto a proa. Amarrados desde hace años.
CAPERION, Monrovia.
KRITOS, Andros.
SCOTIA, Panamá.
        
Cuadros oscuros en el agua, alguien los descolgó.
        
Como juguetes de nuestra infancia que se han hecho gigantes
y nos acusan
por lo que nunca fuimos.
        
XELATROS, Pireus.
CASSIOPEJA, Monrovia.
El mar ha terminado de leerlos.
        
Pero la vez primera que vinimos a Syros era de noche
vimos proa junto a proa a la luz de la luna y pensamos:
¡Qué flota poderosa, magníficos transportes!
        
 
TOMAS TRANSTRÖMER, El cielo a medio hacer, Nórdica, Madrid, 2010, página 63.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

CUENTO DE NAVIDAD, José María Merino


CUENTO DE NAVIDAD

   En el cielo del amanecer brillaba con fuerza aquel insólito lucero que la gente común contemplaba con asombro, pero el capitán sabía que era uno de los satélites de comunicaciones que permitirían a su ejército mantener la supremacía en aquella guerra interminable.
   —Mi capitán —transmitió el cabo—. Aquí sólo hay varios civiles refugiaos, unos pastores que han perdido el rebaño por el impacto de un obús y una mujer a punto de dar a luz.
   El capitán, desde la torreta del carro, observaba el establo con los prismáticos.
   —Registradlo todo con cuidado.
   —Mi capitán —transmitió otra vez el cabo—, también hay un perturbado, vestido con una túnica blanca, que dice que va a nacer un salvador y otras cosas raras.
   —A ese me lo traéis bien sujeto.
   —Mi capitán —añadió el cabo, con la voz alterada—, la mujer se ha puesto de parto.
   —Bienvenido al infierno –murmuró el capitán, con lástima.
   A la luz del alba, aparecieron en la loma cercana las figuras de tres camellos cargados de bultos y el capitán los observaba acercarse, indeciso.
   —Abrid fuego —ordenó al fin—. No quiero sorpresas.


JUAN PEDRO APARICIO, LUIS MATEO DÍEZ & JOSÉ MARÍA MERINO, Palabras en la nieve [Un filandón], Rey Lear, Madrid, 2007, páginas 121-122.

martes, 27 de diciembre de 2011

REFORMAS, Juan José MIllás


REFORMAS
        
   En la oficina, mientras masticaba con pereza el bocadillo de media mañana, escuché unos crujidos procedentes del interior de la cabeza, como si una parte de mi calavera se estuviera astillando. Levanté los ojos del dibujo que formaban las migas de pan sobre la mesa y observé a mis compañeros, pero no advertí en ellos ningún signo de extrañeza. Permanecí atento y noté crecer un alboroto de tabiques caídos y muebles arrastrados en el interior del cráneo. Al rato, estaba haciendo unas anotaciones en el libro mayor cuando me empezó a salir de las narices un polvo fino, como de cemento. Pensé que quizá estaban ya desescombrando, porque también de los oídos caían virutas y desperdicios sólidos que se depositaban con suavidad sobre los hombros, produciendo un efecto como de caspa. Me fui a llorar al servicio, y       comprobé que en el agua de las lágrimas navegaban limaduras y despojos de ideas fijas u obsesiones que envolví con cuidado en un trozo de papel higiénico.
   Regresé al despacho disimulando mi turbación, y mientras saltaba del haber al debe con la punta del lápiz, imitando el picoteo nervioso de un pájaro, comprobé que el estrépito anterior había dado paso a un golpeteo rítmico: deduje que habían empezado a alicatar o a colgar cuadros.
   Hacia el mediodía cesaron los ruidos y me marché a casa alegando un malestar indefinido. Me encerré en el dormitorio y saqué del armario una caja de zapatos donde conservo el recordatorio de la primera comunión, una partida de nacimiento caducada, dos dientes de leche y cosas así. Desenvolví los restos que había guardado en el papel higiénico y les hice un hueco entre todos aquellos escombros de mi existencia. Luego me metí en la cama y llamé al médico, que dijo que terna gripe.

JUAN JOSÉ MILLÁS, Algo que te concierne, El País Aguilar, Madrid, 1995.

lunes, 26 de diciembre de 2011

CÁSCARAS, Rafael Courtoisie


CÁSCARAS

   Las cáscaras. Una cáscara, todas las cáscaras. La cobertura del gusano de seda; el capullo capilar de piel oleosa que envuelve el único par de alas, las alas evidentes, nunca vistas, del dromedario.
   La corteza humana de la naranja, con su gruñido de poros macilentos; la cáscara que hace del caracol una fruta de lentitud perfecta; la cáscara de la ira, rojiza y creciente, delicada piel de bulbo al estallar bajo la luna rara.
   Desollar, pelar, quitar una capa de cebolla, desvestirse.
   Todas las cosas del mundo son frutas que requieren perpetuarse, desarrollar sus jugos fisicos, su perla o pulpa cartesiana.
   Entre lo duradero y lo efímero se dispone una cáscara cuyos atributos son los de la frontera y el límite. Perforar una cáscara o hablar a gritos, hacerse a un lado o desvestir un durazno, desollarlo en vida para, cuando se pudra, saciar la nada pudorosa con sus partes.
   El sexo verde, abierto de un higo, la costumbre o glotonería que devora las cosas sin pensarlas, los moluscos bivalvos que abriendo y entregando el ánima desprecian la dureza que los sostenía, son extremos vivos de la cáscara, ejemplos maximales de su recia posibilidad y de su falta.
   Todas las cosas del mundo son frutas que requieren exactitud para no rodar y despellejarse. Pues hay un árbol central en quien las piensa, sostiene y acaricia. Pero al dormir o enloquecer, el árbol se perfuma de otro mundo. Cuando desnuda, la pulpa de un objeto malogra o dulcifica.
   Leve bozo de pubis o durazno. Uva bruñida.
        
   La cáscara preserva, finalmente, del delirio. Así el cráneo.

RAFAEL COURTOISIE, Estado sólido, Visor, Madrid, 1996, pp. 9-10.

domingo, 25 de diciembre de 2011

TRAMPANTOJOS, Saúl Yurkiewich



TRAMPANTOJOS

   La Virgen viste un manto de brocato aun negro; debajo de la toca, un velo tenue nieva su castaña cabellera. El halo se ha solidificado en diadema de oro y lucientes gemas. Sobre la frente, un collar con una esfera de rubí. Tiene la cabeza levemente inclinada, neto el óvalo del rostro, boca menuda y cejas apenas marcadas, grandes ojos entornados. Sus longilíneos dedos, con delicadeza suma, sostienen al rubicundo infante. El niño también lleva aureola maciza, pero con una cruz engarzada. Está sentado sobre un cojín rosado, el cojín reposa sobre un baldaquino color azafrán, el baldaquino sobre el antepecho de un balcón. Al fondo, un dosel liláceo y, más lejos, un paisaje boscoso. Madre e hijo miran una inmensa mosca posada sobre el mármol claro de la barandilla. Ambos, estáticos cual figurines de porcelana, miran la mosca negra. Sólo la mosca tiene tamaño natural. El veneciano Cario Crivelli pintó esta madona en 1480.
   En ese mismo año, Jacobo Cornelisz, maestro de Amsterdam, se autorretrata en la cámara nupcial con su joven esposa. La pareja brinda por la boda que acaban de celebrar y se deleita con un plato de agridulces grosellas. Ambos visten ropas oscuras. El porta un sombrero negro y ella, una cofia blanca. Sobre la mesa y sobre la cofia: dos moscas de grandor natural.
   Boda y maternidad son acontecimientos venturosos: floral el uno (la novia tiene en su mano un nomeolvides), el otro frutal (una calabaza y tres manzanas casi maduras se ofrendan a la Virgen). Las moscas turban esas glorias, maculan su limpidez, vuelven huero el parabién. Mensajeras del morbo, aluden a pudridero, sugieren que cualquier esplendor caduca y que en toda rubicundez mora lo macilento, que en lo óptimo está también lo rancio. Las moscas presagian al niño futuro tormento y a la lozana novia vaya a saber qué ruina, qué desazón. Las moscas, en proporción mayores que las otras figuraciones, dicen que el resto es ilusorio. Las moscas dicen que quien las mire querrá espantarlas. Como si fuesen ajenas al cuadro, como si representasen otro trampantojo menos quimera, menos fantasma que el de las fingidas efigies. O por designio del pintor, dicen: he aquí mi máximo poder de engaño, el que me permite remedar sobre el lienzo cualesquiera cosas, con la misma presencia que en el mundo de los cuerpos tangibles. Las moscas dicen que una ilusión es menos ilusa que las otras. Las moscas dicen que esa ilusión busca arteramente abolir las otras.

SAÚL YURKIEVICH, Trampantojos, Alfagura, Madrid, 1987, páginas 21-22.

sábado, 24 de diciembre de 2011

DESCUBRIMIENTO, David Lagmanovich



DESCUBRIMIENTO

   Un microrrelato pequeño lloraba porque se había enterado de que los géneros no existen, sino que son una invención de esa especie de padres, los autores. Pensé en las desilusiones que aguardan a los que aún tienen que crecer. "No llores, pequeñín", le dije. Tampoco existe Papá Noel, pero prometo regalarte un hermoso texto para Navidad".

DAVID LAGMANOVICH, Memorias de un microrrelato, Macedonia, Morón, 2010, página 55.

viernes, 23 de diciembre de 2011

CUENTO DE NAVIDAD, Ana María Shua


CUENTO DE NAVIDAD

   El mundo está lleno de tipos así. Usa el pelo largo y canoso como un hippy viejo o un mendigo. No tiene familia. Le faltan dientes. Si Jesús hubiera llegado soltero a los cincuenta, se parecería a él. De vez en cuando los muchachos le pagan un Vino para escucharlo hablar en Arameo. El problema es el barrio, la solidaridad de esquina. El día de Nochebuena se esconde para evitar que le festejen el cumpleaños en vez de crucificarlo decentemente, como a otros más afortunados.


jueves, 22 de diciembre de 2011

CUENTO DE NAVIDAD, Pepe Maestro




CUENTO DE NAVIDAD
     
   Papá Noel y el lobo se encontraron en la chimenea.
   —Usted primero, —dijo el lobo.
   El anciano abrió el fardo. Sacó los palillos, la espumadera, y después de desearle una feliz navidad, le ofreció una reciente masa de churros. El aceite estaba en su punto.
   Los tres cerdos, ni se enteraron.


PEPE MAESTRO

PAULA CARBALLEIRA, PABLO AMO, PEP BRUNO, PEPE MAESTRO & FÉLIX ALBO, 101 pulgas, Palabras del candil, Guadalajara, 2011, página 86.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

EL UNICORNIO, Javier Tomeo


EL UNICORNIO

   Soy un animal que jamás existió. Todo lo que les diga a partir de este momento, por lo tanto, les llega desde una dimensión mágica en la que a pesar de todo, deberían ustedes creer.
   Me llamo Unicornio. Me describen como un animal pequeño, semejante al macho cabrío, con un solo cuerno en medio de la frente. Dicen que tengo la virtud de purificar el agua de las fuentes. Mi fiereza es proverbial y los cazadores, temerosos, me rehuyen. Cuando descubro una doncella virgen, sin embargo, pierdo toda mi ferocidad. Me aproximo a ella, salto a su regazo y la dulce muchacha me acaricia, me alimenta y me conduce a su palacio.
   Estas dos circunstancias (el temor que inspiro a los cazadores y la mansedumbre que demuestro ante las doncellas) hacen, de cualquier modo, que de vez en cuando me formule algunas preguntas de difícil respuesta:
   Primera pregunta: ¿ Y si los cazadores no se nos acercasen, no por el temor que podamos inspirarles, sino, simplemente, porque saben que somos una entelequia?
   Segunda pregunta: ¿ Es que acaso hay cazadores tan entusiastas que persigan quimeras?
   Tercera pregunta: los libros dicen que, al ser apresados por una doncella, el demonio que hay encerrado dentro de nosotros es vencido por la castidad. Eso estaría muy bien , pero ¿ y si fuese precisamente al revés? ¿ Y si fuésemos nosotros los que, atraídos por el raro perfume de las doncellas, nos acercásemos a ellas para seducirlas?
   Cuarta pregunta: ¿ Y si ellas, enardecidas por nuestras ardientes miradas, nos condujesen a sus palacios para consumar amores sin nombre, que los hombres nacidos de mujer ni siquiera son capaces de imaginar?

 
JAVIER TOMEO, Bestiario, Las Tres Sorores, Zaragoza, 2000, pp. 106-107.

martes, 20 de diciembre de 2011

FAX, José Emilio Pacheco



FAX

El fax vino en tinieblas desde el mundo de ayer.

Algo giró en el aires y se imprimió en el espacio.
El impulso eléctrico envió
señales al termopapel,
engendró calor que se volvió letra y fantasma.

Leí con miedo en el fax
una carta de hace veinte años.


JOSÉ EMILIO PACHECO, El silencio de la luna, Pre-Textos, Valencia, 2003. p. 103.

lunes, 19 de diciembre de 2011

[ESTA ERA UNA GARZA...], Pinto & Chinto

   Esta era una garza que tenía las patas muy largas. Todas las garzas tienen las patas muy largas, pero ésta más que ninguna. Un día la garza puso un huevo, y antes de llegar el huevo al suelo ya había nacido el pollito.

PINTO & CHINTO, Minimalario, Kalandraka, Sevilla, 2011, página 80.

domingo, 18 de diciembre de 2011

IMPEDIMENTOS, Leandro Hidalgo


IMPEDIMENTOS

   Los grandes peces multicolores que aparecieron en bikini sobre la arena no nos dejaban ver a las muchachas que nadaban desnudas tan cerca de la costa.

LEANDRO HIDALGO, Capacho, Macedonia, Morón, 2010, página 152.

sábado, 17 de diciembre de 2011

LOS VIVOS Y LOS MUERTOS, Edmundo Paz Soldán

   No cité Lolita ninguna vez, era demasiado obvio. Hablé de una cultura que sexualizaba a las mujeres desde una edad cada vez más temprana, de muñecas Bratz muy maquilladas y con zapatos de taco alto, de camisas con diseños de ropa interior, del sexo en el colegio como una manera rápida de ser popular; hablé del salvaje que se oculta a duras penas bajo el barniz civilizado de tantos hombres, de la incapacidad o fracaso masculino por domesticar el deseo, del miedo del hombre a ver a la mujer como su igual, de la impotencia en una sociedad que llevaba a tantos a buscar poder en una relación asimétrica con una menor.

EDMUNDO PAZ SOLDÁN, Los vivos y los muertos, Alfaguara, Madrid, 2009, p. 173.

viernes, 16 de diciembre de 2011

[ME ACUERDO...], Marcos Giralt Torrente

   Me acuerdo de un día, en la casa donde vivimos hasta que tuve tres años, en que me llevó al cuarto donde pintaba y me hizo colorear unos círculos en un cuadro; me acuerdo de que por las mañanas me acompañaba al autobús de la ruta escolar contándome las aventuras de un mono llamado Manolo que iba como yo al colegio; me acuerdo de que mi afición era tanta que, si eran mi madre o la niñera quienes me acompañaban, les pedía a ellas que siguieran el cuento, y de que muy bien no lo hacían, o pocas veces tuvieron que sustituirlo, ya que el nombre de Manolo me hace recordarlo siempre a él. Me acuerdo de una tarde, y debe de ser un recuerdo bastante temprano, ya que tengo la sensación de haberlo vivido desde un corralito, en que salió un momento a comprar algo y estallé en llanto cuando su ausencia, pese a todas las palabras tranquilizadoras con las que la preparó, fue más atemorizadora de lo previsto; me acuerdo de su impaciencia tratando luego de calmarme y de sus intentos, como con posterioridad haría con cada queja mía, de deslegitimar mi descontento atribuyéndolo a mi exageración y desmesura. Me acuerdo, en nuestra segunda casa, de las tardes que pasó enseñándome a montar en bicicleta, de cuando me esperaba a la salida del colegio con el primer perro que tuvimos y durante unos segundos, antes de atravesar las puertas de cristal, podía observarlo sin que me viera; me acuerdo de haber buscado babosas juntos en el jardín; y, parece invención pero no lo es, de un día en que me mostró el periódico y me dijo que había muerto Picasso. Me acuerdo, en la siguiente casa, de una noche en la que con unos amigos suyos, imagino que fumados, hicimos equipos y jugamos a lanzar muñecos de fieltro a un trapecio recubierto de velcro; me acuerdo de la primera vez que me escapé del colegio y, al regresar a casa, me impuso el único castigo de su vida; me acuerdo de haber escrito, a petición suya, los nombres de mis amigos de entonces en un cuadro que estaba haciendo, y de muchísimas tardes en su estudio pintando los dos, él con un ojo puesto en mis garabatos que meticulosamente recolectaba para guardarlos en carpetas.


MARCOS GIRALT TORRENTE, Tiempo de vida, Anagrama, Barcelona, 2010, pp. 20-21.

jueves, 15 de diciembre de 2011

MODA RETRO, Juan Rogmanoli

MODA RETRO

   Un reloj cuyas agujas caminan hacia atrás: ¿es para preocuparse?, me pregunto mientras recupero el cabello, doy mi primer beso, comienzo a olvidar cómo se lee la hora, desordeno mis juguetes, digo "ajó".

miércoles, 14 de diciembre de 2011

TÉ O CAFÉ, Harry Mulish



TÉ O CAFÉ

   En cierta ocasión, mi madre puso agua a hervir para hacer té, pero casi de inmediato mi padre dijo que, pensándolo bien, prefería tomar café.
   —Está bien— aceptó mi madre, y arrojó el agua que ya estaba hirviendo en la pava para poner en el fuego agua nueva. Yo, al verlo, me desternillé de risa, pero mi padre dijo que él reconocía una gran diferencia entre el agua para hacer té y el agua para hacer café.
   —Puede ocurrir que, si no se cambia el agua, el café sepa un poco a té.


HARRY MULISCH, Dos mujeres
EDUARDO BERTI (Editor), Historias encontradas, Eterna Cadencia, Buenos Aires, 2009, p. 23.

lunes, 12 de diciembre de 2011

HALLELUJAH, Christina Rosenvinge

CHRISTINA ROSENVINGE, Un caso sin resolver, Warner, 2011.

**********

HALLELUJAH

I've heard there was a secret chord
That David played, and it pleased the Lord
But you don't really care for music, do you?
It goes like this
The fourth, the fifth
The minor fall, the major lift
The baffled king composing Hallelujah

Hallelujah, Hallelujah
Hallelujah, Hallelujah

Your faith was strong but you needed proof
You saw her bathing on the roof
Her beauty in the moonlight overthrew you
She tied you to a kitchen chair
She broke your throne, and she cut your hair
And from your lips she drew the Hallelujah

Hallelujah, Hallelujah
Hallelujah, Hallelujah

Baby I have been here before
I know this room, I've walked this floor
I used to live alone before I knew you.
I've seen your flag on the marble arch
Love is not a victory march
It's a cold and it's a broken Hallelujah

Hallelujah, Hallelujah
Hallelujah, Hallelujah

There was a time when you let me know
What's really going on below
But now you never show it to me, do you?
And remember when I moved in you
The holy dove was moving too
And every breath we drew was Hallelujah

Hallelujah, Hallelujah
Hallelujah, Hallelujah

Maybe there’s a God above
But all I’ve ever learned from love
Was how to shoot at someone who outdrew you
It’s not a cry you can hear at night
It’s not somebody who has seen the light
It’s a cold and it’s a broken Hallelujah

Hallelujah, Hallelujah
Hallelujah, Hallelujah

You say I took the name in vain
I don't even know the name
But if I did, well really, what's it to you?
There's a blaze of light in every word
It doesn't matter which you heard
The holy or the broken Hallelujah

Hallelujah, Hallelujah
Hallelujah, Hallelujah

I did my best, it wasn't much
I couldn't feel, so I tried to touch
I've told the truth, I didn't come to fool you
And even though it all went wrong
I'll stand before the Lord of Song
With nothing on my tongue but Hallelujah

Hallelujah, Hallelujah
Hallelujah, Hallelujah
Hallelujah, Hallelujah
Hallelujah, Hallelujah
Hallelujah, Hallelujah
Hallelujah, Hallelujah
Hallelujah, Hallelujah
Hallelujah, Hallelujah
Hallelujah

LEONARD COHEN, Various Positions, CBS, 1985.





Fotografía: PABLO ZAMORA

domingo, 11 de diciembre de 2011

FICCIÓN, Juan José MIllás


FICCIÓN
        
   Como el mundo no se entera de lo que te pasa a ti, procuras enterarte de lo que le pasa al mundo. Así, cada mañana te despierta la radio y entre sueños retomas el argumento de la vida en el punto donde se   detuvo ayer. Luego, en el coche, escuchas el primer informativo, que complementarás con la lectura de la prensa. La cruenta realidad internacional, las miserias de la vida nacional, los acontecimientos culturales, la cartelera cinematográfica, todo, en fin, lo dominas como dominas una novela que has leído cien veces y por cuyo interior te puedes aventurar a ciegas como por el pasillo de tu casa. Además, todavía te quedan dos telediarios y acabas de comprar la revista semanal, que te ofrece un poco más de lo mismo pero con fotos en color. Excepto en las tramas secundarias, con frecuencia imprevisibles, la realidad se comporta como una novela por entregas: siempre se suspende en el punto  más alto, cuando en la cama te narcotizas con las noticias.
   Manejas, pues, la realidad como si de la ficción se tratara. La reunificación de las dos Alemanias, el hambre en Etiopía, la muerte en Suráfrica, etcétera, forman los hilos de un argumento que te apasiona, pero que a lo mejor no te concierne porque su evolución no depende de ti. Tu realidad real, la que de verdad puede hacerte feliz o desdichado, es mucho más cercana, más doméstica, y se puede medir en estabilidad económica y cantidades de amor.
   Ahora estás empezando el día y un 25% de tu alma está ocupada ya por la publicidad y por las noticias. Esta noche, cuando te acuestes, toda tu vida personal se habrá borrado, diluida en la ficción de acontecimientos externos cuyo conocimiento no te habrá hecho mejor. Aunque tal vez, mientras se te cierran los ojos escuchando el último informativo, puedas pensar unos segundos en ti mismo o en quienes te rodean, y adviertas, como en una revelación, que el precio de saber todo lo que le pasa al mundo es el de no saber lo que te pasa a ti.

JUAN JOSÉ MILLÁS, Algo que te concierne, El País Aguilar, Madrid, 1995, pp. 67-68.


sábado, 10 de diciembre de 2011

AFORISMOS, Enrique Jardiel Poncela

La Historia y la Filosofía se diferencian en que la Historia cuenta cosas que no conoce nadie con palabras que sabe todo el mundo, en tanto que la Filosofía cuenta cosas que sabe todo el mundo con palabras que no conoce nadie.
***
El crepúsculo es un fracaso diario de la Naturaleza.
***
La luna está siempre tan pálida porque hace exclusivamente vida de noche.
***
Ser cínico es volver a escribir lo que habíamos tachado.
***
Nunca hay suficiente libertad para imponer la libertad.
 
 
ENRIQUE JARDIEL PONCELA, Máximas mínimas, Biblioteca Nueva, Madrid, 2001.

viernes, 9 de diciembre de 2011

BAJO UN SOLO LUCERO, Wislawa Szymborska



BAJO UN SOLO LUCERO

Pido perdón al azar por llamarlo necesidad.
Pido perdón a la necesidad por si me equivoco.
Que no se enoje la suerte por apropiármela.
Que no me reprochen los muertos la palidez de mis recuerdos.
Pido perdón al tiempo por la multiplicidad del mundo desapercibida por segundo.
Pido perdón a mi viejo amor por ser el nuevo el primero.
Disculpad, guerras lejanas, las flores que hay en mi casa.
Disculpad, heridas abiertas, que me pinche un dedo.
Pido perdón a quienes claman desde el abismo por mis discos de minué.
Pido perdón a la gente de las estaciones por mi sueño de madrugada.
Excúsame, esperanza acosada, por reír de vez en cuando.
Excusadme, desiertos, por no acudir corriendo con una cucharada de agua.
Y tú, halcón, el mismo desde hace años y en la misma jaula,
con la mirada fija siempre en el mismo punto,
absuélveme aunque seas un pájaro disecado.
Pido perdón al árbol por las cuatro patas de la mesa.
Pido perdón a las grandes preguntas por las nimias respuestas.
Verdad, no te fijes demasiado de mí.
Seriedad, sé conmigo magnánima.
Resiste, misterio del ser, si deshilacho tu traje.
No me acuses, alma, de tenerte poco.
Pido perdón a todo por no poder estar en todas partes.
Pido perdón a todos por no saber ser cada uno y cada una.
Sé que nada me justificará mientras viva,
porque yo misma soy mi propio obstáculo.
No te ofendas conmigo, lenguaje, por tomar en préstamo palabras patéticas
y esforzarme luego para que parezcan ligeras.


WISLAWA SZYMBORSKA, Paisaje con grano de arena, Círculo de Lectores, Barcelona, 1997, p. 104.

jueves, 8 de diciembre de 2011

BOUTIQUE, Manuel Moyano

BOUTIQUE

   Cada vez que alguien se detiene junto al escaparate, los maniquíes ponen la mirada en blanco y contienen la respiración.

MANUEL MOYANO, Teatro de ceniza, Menoscuarto, Palencia, 2011, página 48.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

I SHALL BE RELEASED, Barb Jungr



BARB JUNGR, Man in the long black coat. Barb Jungr sings Bob Dylan, Linn Records, 2011. 

***

I SHALL BE RELEASED

They say ev’rything can be replaced
Yet ev’ry distance is not near
So I remember ev’ry face
Of ev’ry man who put me here
I see my light come shining
From the west unto the east
Any day now, any day now
I shall be released
They say ev’ry man needs protection
They say ev’ry man must fall
Yet I swear I see my reflection
Some place so high above this wall
I see my light come shining
From the west unto the east
Any day now, any day now
I shall be released
Standing next to me in this lonely crowd
Is a man who swears he’s not to blame
All day long I hear him shout so loud
Crying out that he was framed
I see my light come shining
From the west unto the east
Any day now, any day now
I shall be released

BOB DYLAN, 1967


SERÉ LIBERADO

Dicen que no hay nada irremplazable
Mas no toda distancia es corta
Recuerdo todas las caras
de los hombres que me trajeron
Mi luz avanza brillando
desde el oeste hacia el este
Cualquier día, cualquier día
seré liberado

Dicen que todos necesitamos protección
Dicen que todos caeremos
Aun así juro que veo mi reflejo
en las alturas, muy lejos de este muro
Mi luz avanza brillando
desde el oeste hacia el este
Cualquier día, cualquier día
seré liberado

Junto a mí en la multitud solitaria
un hombre jura que no es culpable
Todo el día declara a voz en grito
que es víctima de un montaje
Mi luz avanza brillando
desde el oeste hacia el este
Cualquier día, cualquier día
seré liberado

martes, 6 de diciembre de 2011

UN AFORISMO, David Lagmanovich


UN AFORISMO

   Un aforismo casi enano, por lo bajito y esmirriado, pretendió darme una bofetada encaramándose sobre no sé qué argumento crítico. Le di un coscorrrón para que aprendiera a no ser desvergonzado, y le advertí: "Cuidado con volver a meterte conmigo, ínfimo aforismo. Sigue hablándoles en obligatorio presente a tus pocos lectores, mientras yo cuento las historias que de verdad gustan a la gente".

DAVID LAGMANOVICH, Memorias de un microrrelato, Macedonia, Morón, 2010,  p. 47.

lunes, 5 de diciembre de 2011

ANCIANO, Manuel Moyano


ANCIANO
 
   Cuando empezaste a deletrear las primeras líneas creías que iba a ser una gran novela, pero ahora que ya te queda poco para concluir, has caído en la cuenta de que apenas estabas leyendo un microrrelato.

MANUEL MOYANO, Teatro de ceniza, Menoscuarto, Palencia, 2011, página 110.

domingo, 4 de diciembre de 2011

INTENTANDO MALDECIR, Yevgeni Yevtushenko


INTENTANDO MALDECIR

Acercándome un vez a la búsqueda  de lo eterno
una noche en que mi alma era oscura y confusa
susurré el único rezo que sabía:
“Oh Dios, ten compasión de mí, arrúllame por favor”.

Y Dios nos perdona y nos arrulla
sin embargo un poco desamparado se encoge de hombros
de tanta misericordia que él ha otorgado
a la inmensa ingratitud del ser humano.

Es claro que sus propias criaturas asustan a Dios.
Le ponen cualquier nombre que deseen
Jehová, Buda, Alá.
Él es sólo uno y está muy cansado de ser Dios.

Si él pudiera hacerse inmaterial
o estrecharse hasta el tamaño de un ídolo de bolsillo
él tranquilamente se arrancaría y se escondería
en un lugar aislado para no saber de nuestras bocas babeantes.

Pero esconderse no tiene sentido para él
ni menos ser sumiso como un esclavo africano.
Dios siempre necesita creer en Dios
pero en el mundo no hay dioses para Dios.

Y cuando descuidemos nuestras propias obligaciones,
volviendo otra vez a molestarlo con pequeñitas
y podridas peticiones  ¿a quién entonces él dirigirá su propio rezo:
“Oh Dios, ten compasión de mí, arrúllame por favor”?


YEVGENY YEVTUSHENKO, Manzanas robadas. Antología, Visor, Madrid, 2011, pp. 56-57.

sábado, 3 de diciembre de 2011

EVOLUCIÓN, Juan Romagnoli


EVOLUCIÓN

   Una célula se divide para reproducirse. Una medusa se posa en el lecho marino. Un molusco busca alimento. Un pez persigue a su presa, a su vez es perseguido. Una tortuga regresa pesadamente al mar luego de desovar. Una gaviota atrapa una cría de tortuga. Un lobo devora un ave. Un leopardo lucha ferozmente con un lobo. Un gorila devora un cachorro de felino. Un antropoide golpea con una misma piedra a un gorila, a una cebra, a un lobo, a un felino, a un ciervo. Un hombre asoma por la boca de un subterráneo y camina; hace calor y se afloja la corbata.

viernes, 2 de diciembre de 2011

[SI LA LLUVIA FUERA POETA...], Jean Murdock & José María Casanovas



si la lluvia fuera poeta escribiría esto*


sí tengo las manos tan pequeñas,a veces tan pequeñas
como motas de polvo,a veces tan grandes como ríos
(no sé qué hay en mí que se cierra
y se abre;pero algo en mí comprende
que el agua que derramo todo lo moja)
y que sólo unas manos pequeñas,muy pequeñas,
pueden tocarlo todo








*Este poema no está mal escrito. Es un homenaje a e.e.cummings, que escribía sin  mayúsculas ni espacios, más o menos como todo el mundo escribe
ahora (aunque eso no es una excusa para que nadie sepa cómo debería escribir en realidad). Si no conocen a e.e.cummings, léanlo. Lo sentimos, no se lo podemos ahorrar con una película.

jueves, 1 de diciembre de 2011

CICATRIZ, Juan Salmerón & Chema Madoz


CICATRIZ
¿Por qué yo sólo tengo un ombligo?


Juan Salmerón
FOTOGRAFÍA: Chema Madoz

miércoles, 30 de noviembre de 2011

EL HOMBRE LOBO, René Avilés Fabila & Le Brun



EL HOMBRE LOBO

   Damas y caballeros: están a punto de presenciar una de las más asombrosas metamorfosis: este terrible y feroz lobo, de aspecto innoble y aterrador, mediante efectos especiales que hemos conseguido llevar a cabo (en unos minutos parecerá que estamos en plena noche de luna), se transformará en un lastimoso e indefenso ser humano.

RENÉ AVILÉS FABILA

Grandes minicuentos fantásticos, Alfaguara, Madrid, 2004, p. 131.

martes, 29 de noviembre de 2011

LA CUCARACHA SOÑADORA, Augusto Monterroso


LA CUCARACHA SOÑADORA

   Érase una vez una Cucaracha llamada Gregorio Samsa que soñaba que era una Cucaracha llamada Franz Kafka que soñaba que era un escritor que escribía acerca de un empleado llamado Gregorio Samsa que soñaba que era una Cucaracha.

AUGUSTO MONTERROSO, La oveja negra y demás fábulas, Seix Barral, Barcelona, 1981 (1969), p. 49.

Ilustración: Claudio Goldini

lunes, 28 de noviembre de 2011

SOBRE EL DINOSAURIO




   "Recuerdo que una noche, ya casi de madrugada, llegó José (Durand) y al entrar al departamento hizo mucho ruido para que yo, que dormía casi a la entrada, me despertara y él pudiera ponerse a platicar conmigo, yo ya conocía esa táctica. Como era natural, desperté de mi sueño y Durand se sentó a los pies de mi cama, y sin mucho preámbulo se puso a contarme sus tragedias amorosas, yo lo escuché un rato y luego me volví a dormir, pero él siguió hablando y se quedó en el mismo lugar, tal vez se durmió sentado parte de la noche, pero el caso es que cuando desperté él seguía allí. Me quedé un poco sorprendido y fastidiado. Ya durante el día llegó Ernesto (Mejía Sánchez) y le platiqué lo que me había pasado con Durand, a quien él había puesto el sobrenombre de Grande por su estatura. Ernesto dijo: 'Cuando despertó, todavía estaba Grande ahí'; luego llegó Tito, escuchó la historia y escribió el cuento que todos conocemos".

JAVIER PERUCHO, Dinosaurios de papel. El cuento brevísimo en México, Ficticia, México, 2009, p. 86.

domingo, 27 de noviembre de 2011

[MI ÁNGEL DE LA GUARDA...], Charles Simic



   Mi ángel de la guarda tiene miedo a la oscuridad. Finge que no, me hace ir delante, me dice que en un momento estará conmigo. Casi enseguida no puedo ver nada. «Éste debe de ser el rincón más oscuro del cielo», alguien me susurra a la espalda. Resulta que el ángel de la guarda de ella también ha fallado. «Es un atropello», le digo a ella. «El asqueroso cobardica nos ha dejado solos», susurra ella. Y por supuesto,  por lo que sabemos, yo podría tener ya cien años, y ella ser sólo una chiquilla con gafas que tiene sueño.


CHARLES SIMIC, El mundo no se acaba y otros poemas, DVD, Barcelona, 1999,p. 57.

ESCULTURA: MARTÍN BONILLA

sábado, 26 de noviembre de 2011

UN MUNDO PROPIO, Flavia Company



UN MUNDO PROPIO

   No puedo esulgarlo. Es más cuerzote que yo. Pero bueno, al fin y al cabo, me consta que no soy el fúnico. Lo que pasa es que yo lo filgo y otros no, porque les da margonza. Cojo el totón —el mío— con una mano y lo voy bamborneando hasta que se pone targo. Este momento es el más alsime, hasta tal punto que me sateo y empiezo a dongumar como cuando me lo bamborneaba Camila —¡qué sontos aquellos!—. Bueno, luego me rongo en la mesa más próxima y así, de pie, aparmo la punta del totón con la otra mano, mientras que a la primera, la que he arsado antes, la pongo a mangusear suavemente arriba y abajo, a ritmo de tonga. ¡Aldarios del Mátil! Nadie puede decotar el soldón que me parusta. Es como un talotán, como un morsón, como un crildavo. Increíble. A continuación, cuando ya no sordomo más, hago que la primera mano mangusee más deprisa, con más carza. Cierro los mejos muy fuerte y me concentro nicomente en el totón, que está más targo que nunca. Y entonces, antes de golarme, me acuerdo de Camila y renjo que estará tordando lo mismo. Y luego me golo hasta la última loya, me lo guardo con cuidado y espero lagamente a que me vuelvan las carzas, para poder repetir. Y así cada día desde hace salinientos ongos. Y en cualquier sitio: en la ralle, en el forcato, en la anandería... Por eso me han porsucado entre estas cuatro paredes. Pero a mí me da lo tusco. Yo, a lo míó. Al fin y al cabo, me han dejado las manos y el totón, que es lo que omburta.


DIAGNÓSTICO: Glosolalia (Enfermedad que afecta al lenguaje, consistente en que el enfermo crea palabras y las dota de significación).


viernes, 25 de noviembre de 2011

SUEÑO DE MARIPOSA, Juan Romagnoli

 SUEÑO DE MARIPOSA

   Chuang-Tzú, con la picardía propia de un anciano sabio, sonríe cada vez que sus discípulos lo consultan sobre el significado de su famoso e insoluble sueño con la mariposa. Él sabe que, en este mundo ilusorio, la aparente paradoja no es tal, pero prefiere que ellos reflexionen por sí mismos sobre el asunto. Esa sonrisa es, además, un modo de despedirse: su edad es avanzada, y bien sabe que de un momento a otro la mariposa despertará.


 
Ilustración: Teresa López Western

jueves, 24 de noviembre de 2011

[LOS GRILLOS...], Suzuki Masajo & Alejandro Espinosa


Los grillos...
Aunque tengo los ojos abiertos
sólo hay oscuridad, oscuridad...

SUZUKI MASAJO

 
SUZUKI MASAJO, KAMEGAYA CHIE, NISHIGUCHI SACHIKO, 70 haikus y senryûs de mujer, Hiperión, Madrid, 2011.
 
Ilustración: ALEJANDRO ESPINOSA

miércoles, 23 de noviembre de 2011

SIN NOMBRE, Juan Ramón Jiménez


SIN NOMBRE

   Me gusta pensar en ti sin nombre ni apellido. Mujer sólo, como la nube es la nube.
   Corriendo tú en el aire azul, con tu cabello rubio ondeando sobre tu carne blanca y violeta; junto al agua, bajo los pájaros verdes.
   Mujer sólo, sin señas del ahora, como la rosa es la rosa.

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ, Cuentos de antolojía, Clan Editorial, Madrid, 1999, página 192.

martes, 22 de noviembre de 2011

CLEOPATRA EN LA SECCIÓN DE BAÑO DE EL CORTE INGLÉS, Almudena Guzmán


 CLEOPATRA EN LA SECCIÓN DE BAÑO DE EL CORTE INGLÉS


Todos los veranos la misma historia.
        
La luz áspera del probador,
el biquini sobre la braga.
los pelos en las piernas.
        
Estás hecha un cuadro.
        
De Munch.


ALMUDENA GUZMÁN, Zonas comunes, Visor, Madrid, 2011, página 72.

lunes, 21 de noviembre de 2011

ARGUMENTUN KAFKIANUM, Lucho Zúñiga


ARGUMENTUN KAFKIANUM

   Una mañana, tras un sueño intranquilo, Gregorio Samsa se despertó convertido en Dios. Empezó a crear universos; dentro de uno de ellos, un planeta en el que nació la humanidad, y por consiguiente, un escritor llamado Franz Kafka, el cual escribió —por inspiración divina— una historia donde un tal Gregorio Samsa se despertó convertido en insecto. ¿Cuál fue la intención de dios al tergiversar así su propia historia? Algunos teólogos afirman que demostrar la esencia divina de todas las criaturas, pues en los reinos superiores da igual decir Dios, mosca, hombre, o flor. otros dicen que a Dios le gustan las paradojas, pues él mismo habría nacido de una.

LUCHO ZÚÑIGA, Cuatro páginas en blanco, Lima, Paracaídas editores, 2011. pág.47.

domingo, 20 de noviembre de 2011

[ULISES SELFA...], Pablo Albo


   Ulises Selfa. Jugador del Hércules Club de Fútbol en la temporada 85-86.  Ese era el único cromo que le faltaba. Tenía todos los demás de ese álbum. Tenía veinte álbumes de cromos completos de veinte temporadas consecutivas. Solo le faltaba Ulises Selfa, delantero centro, máximo goleador del campeonato en su año. Solo uno.
   Y mira que lo había buscado. En el kiosco, en el rastro, en corrillos, en anticuarios. Pero aquel último cromo parecía habérselo tragado la tierra. Para algo había hecho la editorial solo un cromo del jugador, para que hubiera que buscarlo.
   Pasaba las tardes de su jubilación escudriñando el mundo, buscando el cromo.
   El cromo único, solo ese le faltaba, en algún sitio tenía que estar.
   —Tranquilo, cariño, lo encontrarás —le consolaba su mujer a menudo mientras valoraba si era ya el momento de entregárselo o todavía era mejor regalo su ausencia.
               
               
PABLO ALBO
 
 
PAULA CARBALLEIRA, PABLO AMO, PEP BRUNO, PEPE MAESTRO & FÉLIX ALBO, 101 pulgas, Palabras del candil, Guadalajara, 2011, página 41.

sábado, 19 de noviembre de 2011

EL ARTE DE LAS TRANSFORMACIONES, Ana María Shua


EL ARTE DE LAS TRANSFORMACIONES        
        
   Creí dominar el arte de las transformaciones, pero no era más que un aprendiz de brujo. Un pequeño error, un gesto equivocado en el momento del conjuro y heme aquí, cuesta abajo en la rodada, hoy pato, mañana cucharita, montaña, arveja, premolar o polvo edulcorante. Y ahora, precisamente ahora cuando por fin he logrado controlar tanta locura, reducirla a la ínfima sutileza de un cambio de opinión, ahora es cuando se quejan, absurdos, mis votantes.


viernes, 18 de noviembre de 2011

EL MAGO, Pablo Sorrentino



EL MAGO

   Para mi cumpleaños, mamá me preguntó si quería que viniera un payaso o un mago. Los payasos me parecen estúpidos, de manera que elegí el mago.
   Éste resultó ser un hombre flaco y pálido, pero con unos cuantos detalles negros: el cabello, el bigotito, el esmoquin, el moñito y su valija maravillosa. Saludó con ademán anticuado y gentil, y los chicos empezamos a gritar:
   —¡El mago, el mago, el mago, el mago!
   El mago sonrió, complacido, y realizó diversas pruebas —que yo ya había visto en otros magos—, tales como, por ejemplo, multiplicar un solo pañuelo en siete u ocho, o extraer de una galera negra una paloma blanca. También, con los naipes que se usan en las películas del Lejano Oeste, hizo una cantidad de trucos que no logré entender.
   —Este prestidigitador es muy bueno —dijo papá en voz baja.
   El mago, no sé cómo, lo oyó:
   —Le agradezco su opinión —contestó—. Pero yo no soy un prestidigitador sino un mago.
   —Bueno —replicó papá, con su habitual suficiencia—. Digamos que es un mago, no un prestidigitador.
   —Veo que usted no me toma en serio. Para que se convenza, voy a convertirlo a usted en algún animal. ¿Cuál prefiere?
   Papá lanzó una risotada que casi nos deja sordos, con una boca muy grande, como si fuera un hipopótamo. Pareció leer mi pensamiento porque, justamente, dijo:
   —Ya que me da a elegir, conviértame en un hipopótamo. Y a los demás, en los animales que más le gusten.
   El mago hizo una breve morisqueta y movió los dedos y los brazos, y papá se convirtió en un hipopótamo: en sus ojos globosos perduró unos instantes una chispita de terror.
   —Este hipopótamo se ocupa todo el departamento —dijo el mago, con reprobación—. Será mejor que siga con animales más chicos.
   En seguida convirtió a mamá en un tucán, aprovechando, creo, que era medio narigueta. Después transformó a mi abuela en una tortuga. Con mis tías solteronas se lució: creó una lechuza, un quirquincho y una foca, todo dentro del estilo de cada una. A la casada, que era autoritaria, la convirtió en araña, y al sometido del cónyuge, en mosca.
   Se mostró dulce con los chicos: fue convirtiéndolos en animales lindos y simpáticos: conejitos, ardillas, canarios. Pero a Gabriel, que era de cara ancha y con granos, lo transformó en sapo. A la bebita Lucila, de sólo dos meses, le dio el ser de un colibrí.
   Cuando solamente quedé yo sin convertir, el mago me puso una mano en el hombro y me dijo:
   —Vos tendrás que encargarte del cuidado de estos animales. Aunque la araña y la mosca, y algunos otros, van a arreglarse solos.
   Guardó todo en su valija maravillosa, y se marchó.
   Durante cuatro días intenté cuidarlos y alimentarlos, pero pronto me di cuenta de que esa labor me significaba un esfuerzo descomunal. Entonces llamé por teléfono al Jardín Zoológico; su propio director me agradeció y aceptó la donación.
   Al principio, yo iba a visitar a mi familia y a mis amigos diariamente, después una vez por semana y, ahora, la verdad es que no voy casi nunca.

Cuentos de magia, Páginas de Espuma, Madrid, pp. 15-17.

jueves, 17 de noviembre de 2011

JOVEN Y POBRE, Lydia Davis


JOVEN Y POBRE

   Me gusta trabajar cerca del bebé, aquí en mi escritorio, a la luz del flexo, mientras el bebé duerme.
     Como si volviera a ser joven y pobre, iba a decir.
     Pero es que lo sigo siendo.
        



LYDIA DAVIS, Cuentos completos, Seix Barral, Barcelona, 2011, página 228.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

GANAS DE TENER UN PUÑAL, Robert Walser


GANAS DE TENER UN PUÑAL
        
   Dos jóvenes —dos genuinos jóvenes de hoy en día llamados Oskar y Emma— se amaban. Su amor era profundo, nadie lo dudaba menos ni creía más en él que ellos mismos, y hasta aquí todo hubiera sido muy bonito de no ser porque les faltaba algo, y ahora mismo diremos qué ocurrió con ese algo tan especial y singular que les faltaba. Pese al afán y ojo avizor que pusieron en su búsqueda, no encontraron a nadie que les pusiera trabas. Tenían, por así decirlo, permiso para amarse, besarse, besuquearse y explorarse tanto como les viniera en gana. He ahí precisamente el inconveniente: cada vez les apetecía menos disfrutar. Si alguien se hubiera interpuesto prohibiéndoles actuar, habrían disfrutado cada vez más. Buenos y excelentes, ambos cayeron enfermos de una sobreabundancia de libertad y lamentaron, puede decirse, la falta de impedimento. Pues hay que saber que aspiraban a la novela italiana, en donde se nos habla, como todo el mundo sabe, de amantes que se quieren con tanto ardor, fervor y pasión porque lo tienen prohibido. Y no es que tuvieran unos padres muy rígidos o desalmados. También les faltaba el típico canalla que espía y parpadea detrás de oscuros matorrales. Sí, lo que les faltaba era el canalla, el enemigo tan receloso del amor. Cayeron en la cuenta y se preocuparon profundamente. Oh, tú, modernidad rectangular y sin alcohol, mezquino siglo de la aviación y de la vuelta al mundo, ya ves cuánto sufren los enamorados sedientos de aventura. El amor de Oskar y Emma se fue apagando con el tiempo; ¿y por qué? Sí, por falta de peligro. No había nadie que lo amenazara o combatiera, y así se relajaron ellos en su actividad. Cuando se autoriza una actividad a ciegas y sin el menor inconveniente, empieza siendo aburrida y acaba por decaer. He ahí un gran problema del tiempo en el que estamos condenados a vivir: que todo está permitido. Cuando está tan descaradamente permitido que los enamorados se abracen sin que uno de ellos tenga que mirar o girarse preso de la zozobra para ver si hay moros en la costa, entonces no hay novela italiana que valga. Oskar y Emma pretendían hacer una novela, pero no llegó a buen puerto y cayó en pedazos. El estilo pierde. Pretender conseguir una novela cuando falta el peligro es empezar mal. El peligro son las venas de una novela; los obstáculos, su vida. Y ya no quedan más obstáculos en este mundo sin orgullo ni principios, incapaz de prejuicio noble alguno. Incluso los niños pueden llegar cuando quieren, antes y después de la sagrada unión. Oskar y Emma lo sabían y veían cómo una angustia se adueñaba de su corazón. Sus padres eran gente sin prejuicios, ¡qué calamidad! No hay novela posible sin prejuicios. Las novelas crecen sólo en el terreno agreste y delicioso de las convenciones. Una historia de amor no existe si hay alguien a quien todo le resulta indiferente y no hay nadie a quien nada le resulte indiferente. En la antigua novela italiana a nadie le resulta nada indiferente, y es por eso, precisamente por eso, por lo que Oskar y Emma hubieran querido morirse. Pero morir no es tan fácil si no se saca un puñal. Por poco se mueren de las ganas de tener un puñal.

ROBERT WALSER, Historias de amor, Siruela, Madrid, 2010.

martes, 15 de noviembre de 2011

INTIMIDAD, Juan Romagnoli


INTIMIDAD

   Quienes no saben que toco el oboe me consideran un solitario. Quienes sí lo saben, ignoran cuán solitario soy. A mí me tiene sin cuidado lo que piensen los demás.
   Cuando toco el oboe me siento acompañado. Por las mañanas practico escalas, hago ejercicios. Por las tardes ensayo las partituras. Mis dedos recorren el ébano femenino, acarician las llaves, se demoran en cada nota. Mis labios oprimen ligeramente la caña, el aire penetra con fuerza las vías respiratorias. Las notas se acumulan, las melodías se suceden. Empiezo a sentir que mis dedos se alejan, se alejan. La música, entonces, se independiza de mi cuerpo y regresa limpia para invadirme todo el ser.
   Si para entonces (como suele suceder) alguien llama a la puerta, no lo oigo, o finjo no oír. Ella es vergonzosa y no desea ser vista en mis brazos.

JUAN ROMAGNOLI, Universos ínfimos, Tres fronteras, Murcia, 2009, página 167.

lunes, 14 de noviembre de 2011

EL VASO VACÍO, Guillermo Samperio




EL VASO VACÍO
 
   El vaso está lleno de agujeros. El vacío es el basurero de la nada. El vacío es tu ausencia negra. El vacío se mete en mi alma, la taladra, la trepana, la deja sin aliento. El vacío está plagado de «noes» y de ausencia de «síes». Ante el espejo, la imagen del vacío está angustiada. Tu ausencia es como si ahuecaran mi casa. Por el hueco que trato de mirarte sólo miro unas sábanas traslúcidas, vaporosas, que se desintegran. Mi corazón está pleno de oquedades. Frente a tu vacío tengo en la mano los dedos invisibles. Levanto el vaso y no hay agua ni cristal ni mano.

Guillermo Samperio

FRANCISCA NOGUEROL, Escritos disconformes. Nuevos modelos de lectura, Ediciones Universidad de Salamanca, Salamanca, 2004, pp. 393-394.